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Jovénes, empresarios, trabajadores...UN PROYECTO PARA TODOS
Basado en la CULTURA DEL DAR
Una ECONOMÍA que pone en el CENTRO A LA PERSONA
Un modelo HUMANO, SOLIDARIO Y SOSTENIBLE
 
José Mª Fernández es farmacéutico, cordobés, padre de cinco hijos y propietario de la Farmacia el Globo. Tiene 10 trabajadores y gestiona la farmacia, según los principios de la EdC.

Su  historia está plagada de experiencias a contracorriente.

En 2003, compró la farmacia con otro socio, pero la situación se volvió pronto insostenible. ¿Qué ocurrió en los inicios del negocio? "El trato que le dábamos cada uno a los auxiliares era diferente, la situación en la farmacia se hizo cada vez más insostenible... Tras tres años muy duros, llegué al  extremo de buscarme un abogado ante sus amenazas. Llegamos como solución a una subasta de la oficina de farmacia. Mi situación económica era infinitamente más débil que la de él, pero los auxiliares me hicieron un ofrecimiento: dejarme sus viviendas para que las hipotecara y pudiera quedarme con la farmacia".

Con la ayuda de los trabajadores ganó la subasta, pero la cosa no acabó ahí. José Mª llegó a un compromiso con sus trabajadores: "Les ofrecí varias compensaciones por su generosidad como repartir parte de los beneficios una vez pagados todos los gastos, ponerlos a cotizar a lo máximo cuando cumplan los 50 años y cobrar todos el mismo sueldo mensual. Esta experiencia ha marcado un antes y un después en el desarrollo de la farmacia, pasando a vender más del doble en 4 años y, por consiguiente, una mejora en la calidad de vida de los cercanos y los lejanos (nuestros pobres, a los que ayudamos con la EdC)".

Para José Mª lo más importante en el trabajo son las relaciones personales, "el caballo de batalla de cualquier trabajo", asegura. ¿Cómo has actuado cuando alguno de tus empleados ha tenido que coger una baja laboral larga? Recuerdo que una vez, uno de los auxiliares se cayó por un barranco y se rompió todas las costillas lo que le provocó un neumotorax. Estuvo en la UVI más de 1 semana con operaciones varias. Su baja era toda una incógnita... Tenía que contratar a otra persona y asumir un gasto no previsto, pues no podía dejar a la familia con el sueldo mermado por la baja. Estando en el hospital oí decir a su mujer, “desde que tú llegaste a la farmacia empezó  la igualdad”, entendí que a veces lo que tú ves como normal o lógico, no siempre es así. Se incorporó siete meses después, me sorprendía oír comentarios de la gente diciendo que era tonto por incorporarse tan pronto después del traumatismo sufrido, pero yo creo que la respuesta era “el dad y se os dará” donde la picaresca española no tiene cabida.

Al principio, la farmacia tenía un horario normal y desde 2006 abre las 24 horas. Pero ¿Os ha afectado de alguna forma la crisis? Decir que la crisis no nos ha afectado sería mentir, pero yo creo firmemente en el Otro socio. El año pasado me vino la directora de una Residencia de ancianos, yo al principio pensé que quería hacer negocio con nosotros, y sin dejarle hablar le dije cuál era nuestra política de empresa, dándole a entender que no era el tipo de farmacia para pedir comisiones. Ella me dijo que lo que quería era nuestro servicio, que desde el centro de salud más cercano les habían hablado de nuestro modo de trabajar, lo que me ratificaba en que la honradez y la ética no están reñidos con la competitividad y profesionalidad.

¿Qué es para ti la Economía de Comunión? Mi alegría como empresario de Economía de Comunión radica en saber que puedo ayudar a los cercanos y a los lejanos. Para íi es una revolución en todos los sentidos. Cambia toda una empresa, los fundamentos de la EdC, bien vividos, hacen que la empresa sea un trozo de cielo en la tierra.

 

¿Cómo ves el futuro de la EdC en la economía actual? La Economía de Comunión es un faro para la sociedad. Un empleado mío dice que es "aquello que todo el mundo piensa, nadie habla y a todo el mundo le gustaría hacer". Por esto creo que tiene mucho que decir.

Este año celebran el centenario de la farmacia, así sólo queda decir: ¡Enhorabuena! Y seguid así.