La Economía de Comunión se presenta en la III Aula de Verano "Fe y Cultura" celebrada en Cáceres del 4 al 6 de julio. Esta tercera edición estaba dedicada a las "periferias existenciales".

Elena Bravo, empresaria de EdC y directora de La Miniera (Sevilla) presentó la Economía de Comunión: nacimiento, propuesta, novedad, difusión, utilización de los beneficios... También explicó a los asistentes su experiencia en La Miniera. Seguidamente, media hora de intenso diálogo. Al acto asistieron unas 30 personas.

"Ha sido un momento importante de encuentro con personas implicadas  de la Diócesis de Cáceres, con un gran deseo de conocer la EdC, en la que han descubierto la acción de un carisma ante una periferia existencial, que da lugar a una nueva economía. Creemos que es un comienzo de relaciones nuevas, que pueden madurar en la comunión y así colaborar en la construcción de la EdC", asegura Elena Bravo.

Muy satisfecho se muestra también Ricardo Palancar, Delegado de Fe y Cultura de la Diócesis de Cáceres. En todas las ediciones la economía ha tenido un espacio dentro del programa y este año se decidieron a conocer mejor la propuesta de la Economía de Comunión.

¿El balance? Según comenta, muy positivo: "Ves que es un proyecto que nace de alguien que ha puesto a las personas en el centro. Que el capital principal es el ser humano. Que cree en la dignidad y la capacidad de cada uno de los miembros que integran la empresa: agentes y beneficiarios. Pero a la vez que no está reñido con la competencia. Precisamente porque se valora a cada uno y se cuenta con cada uno también se puede pedir lo mejor a cada uno. Así se puede aspirar a una excelencia profesional. Igualmente, destacaría el rigor del planteamiento. Hay también unos principios económicos, algo que pertenece al propio ser de la economía, pero que los construye desde unas categorías diferentes. Me parece una aportación excelente de la misión de los laicos".

Concha, una de las asistentes, tenía la impresión de que en la sala se pasaba de la admiración a querer saber cómo se puede realizar este proyecto, sin verlo como una utopia muy bonita, pero imposible en la economía actual. "La experiencia de la Miniera es tan sencilla y tan bonita, que convence a las personas porque es un proyecto que no es teoría, sino vida", comentaba.

La Conferencia-coloquio tuvo lugar el sábado por la tarde, pero las relaciones creadas con la Delegación de Fe y Cultura de la Diócesis de Cáceres no quedan aquí. Como asegura Ricardo Palancar: "Ha sido un primer encuentro para nosotros, pero espero que haya más posibilidades de que se pueda irradiar la iniciativa".